Principios Educativos
Los principios educativos de la Licenciatura representan una base que guía el diseño, la organización y el desarrollo de los procesos para la formación de los estudiantes de conformidad con la modalidad, los propósitos y el perfil de egreso planteados en plan de estudios.
Estos principios funcionan como una argamasa y una brújula para el proceso de aprendizaje, el de la docencia y el de la gestión académico-administrativa; por lo que representan lineamientos para la comunicación, la interacción docente-estudiante, el tipo de actividades que se diseñan, la intervención de las tutoras y tutores, así como en el proceso de evaluación.
Estos principios parten del hecho de que la Licenciatura se implementa en un escenario virtual, soportado y mediado por la tecnología, donde se genera la actividad de docentes y estudiantes quienes entablan relaciones entre sí, al interactuar con y en función de los objetos de aprendizaje. De esta manera, el entorno virtual representa un espacio de actividad individual y social, donde se teje una red de procesos comunicativos e interactivos de forma síncrona y asíncrona, a través de distintos medios y lenguajes, mediante los cuales, al realizar una tarea en común, se producen significados compartidos sobre el idioma francés, la enseñanza, el aprendizaje y la cultura, entre otros.
En la Licenciatura se asume que el aprendizaje constituye un proceso que se centra en la actividad efectuada por el estudiante frente a objetos de conocimiento, a partir de la cual y mediante la interacción y colaboración con otros, elabora sus propias interpretaciones y construye significados compartidos alrededor de los objetos abordados. Sin excluir los contenidos teórico-conceptuales como parte de lo aprendido, en los módulos se enfatiza en la realización de estrategias activas y creativas, como diseño de proyectos o análisis de casos, que buscan que los estudiantes desarrollen conocimientos (lo que saben), habilidades (lo que pueden hacer), disposiciones (lo que estarían dispuestos a realizar) y criterios (la posición asumida y sostenida con argumentos) frente a la enseñanza y el aprendizaje de una lengua extranjera.
En este escenario el docente-tutor tiene un perfil de especialista en el contenido y como mediador, organizador y animador de la actividad individual y grupal. El tutor acompaña el proceso de trabajo, evalúa y retroalimenta los aprendizajes del estudiante de manera continua, haciendo énfasis en que su aportación sea formativa en los aspectos cognitivo y socio-afectivo. El tutor es también un creador de material y de estrategias para apoyar y guiar el trabajo en grupo, ayudando a que cada integrante tome decisiones, desarrolle el pensamiento analítico-crítico, su autonomía, su criterio y su identidad profesional.
Quienes estudian son sujetos pro-activos que toman decisiones para organizar y regular sus actividades de estudio; poseen un conjunto de saberes, experiencias y conocimientos previos que son el basamento para sus nuevos aprendizajes, los cuales son diversos y potenciados por la colaboración con sus pares. A la vez, el sujeto estudiante cuenta con habilidades digitales para expresar sus ideas por diversos medios, comunicarse e interactuar con otras personas, asumiendo que es corresponsable del proceso educativo y actor de su propia formación universitaria.